La hipótesis planteada por Juan Jesús Vílchez, jefe de Neurología del Hospital la Fe de Valencia, sobre el origen del gen que produce la miopatía de Miyoshi, y que afecta a una decena de personas en Sueca, "no se sostiene de ninguna de las maneras desde el punto de vista historiográfico", afirma el bibliotecario municipal e historiador de la capital de La Ribera Baixa, Joan Antoni Carrasquer. Vílchez detectó hace años en Sueca un mayor número de casos de esta distrofia muscular, y sostiene la teoría de que el gen fue portado por uno de los dieciséis primeros repobladores que llegaron con Jaume I en 1245. Para Vílchez, la endogamia en la sociedad suecana ha hecho que la incidencia de esta enfermedad degenerativa sea 25 veces mayor que en otros sitios. Y afirma que uno de cada 40 suecanos pueden ser portadores del gen.
Según Carrasquer, "Vílchez parte de una corazonada y después busca elementos históricos para justificarla". Y significa que el neurólogo "desconoce nuestra historia demográfica; no ha tenido la suficiente paciencia para documentarse; y nadie, en el ámbito de los historiadores de Sueca, conoce su trabajo sobre la demografía histórica de la localidad". El historiador recuerda que entre el 24 de febrero y el 23 de marzo de 1245 se otorgaron tres cartas pueblas, con 36 pobladores que llegaron acompañados de sus respectivas familias, servidores y jornaleros, según explica el historiador Antoni Furió. "Previo a esto", añade, "ya existía población islámica aunque sin cuantificar".
Carrasquer también pone en duda otra parte de la hipótesis de Vílchez que afirma que a finales del siglo XVII vuelve a producirse un cuello de botella demográfico como consecuencia de una epidemia de cólera y que, posteriormente, Sueca fue repoblada por italianos. "En la documentación local no consta ninguna epidemia de cólera hasta 1834, en el siglo XIX; y sobre repoblación de italianos, tampoco; desde 1686 encontramos franceses y malteses, pero italianos, nada de nada", explica. El historiador recuerda que los registros parroquiales fueron quemados en la Guerra Civil de 1936 que hubieran servido para acercarse a la realidad de las familias desde el siglo XVI. Por último, Carrasquer discrepa de que la endogamia en Sueca fuera superior a la de otras poblaciones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 6 de febrero de 2005