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Crítica:JAZZ | Chano Domínguez

Hacia el infinito y más allá

Que Chano Domínguez es un grande -del piano, del jazz, del flamenco...- lo saben hasta en Japón. Tres décadas en primera línea han hecho de él una referencia indiscutible. Otros se bastarían con lo conseguido. Chano, no. Como ocurre con los grandes, el gaditano, tan pronto alcanza la meta, está ya pensando en la próxima etapa. La próxima etapa en el viaje de Chano hacia el infinito toma por nombre New Flamenco Sound, o NSF. La solemne gala de presentación de este NSF contó con todos los ingredientes que se les suponen a los grandes acontecimientos: nervios, algún despiste y ese grado de excitación que se transmite de arriba abajo del escenario. Esto, y una música mayúscula y plural, una borrachera de músicas distintas, tantas como intérpretes había sobre el escenario. Y es que NSF cuenta con un casting de órdago: por ahí anduvo uno de los mejores trompetistas del momento, el neoyorquino-argentino Urcola; el talento del jovencísimo Llibert Fortuny, una apuesta personal de Chano, músico tan singular cuando toca el saxo como cuando inunda la escena de inusitados temblores electrónicos; y qué decir del palmero y bailaor iconoclasta Tomasito: todo el arte del mundo en un gesto. Además de los estupendos Jordi Bonell, Guillermo McGill, Marina Albero, Blas Córdoba... pocas veces, si alguna, se ha visto en este país semejante acumulación de talento. Chano recoge lo mejor de cada cual y le da forma no muy precisa y tan irresistiblemente atractiva como un diamante sin pulir. Destellos del Charles Mingus orquestal y del Herbie Hancock setentón; reflejos de genuino free jazz y, a continuación, una cantiga del Rey Sabio; también el flamenco, aunque en menor medida que en otros proyectos del pianista. Chano a todo le saca partido y lo convierte en único. Al día de su estreno, NSF cuenta ya con varias discográficas pretendiendo llevarse el gato al agua.

Chano Domínguez

Diego Urcola, trompeta; Llibert Fortuny, saxo alto; Chano Domínguez, piano; Marina Albero, teclados y salterio; Jordi Bonell, guitarra; Mario Rossy, contrabajo; Guillermo McGill, batería; Israel Suarez Piraña, percusión; Blas Córdoba, Ana Salaz, Tomasito, cante y palmas. Sevilla, Teatro Central. 4 de febrero

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 6 de febrero de 2005