Los sindicatos y la izquierda francesa reunieron ayer a cientos de miles de trabajadores del sector público y el privado para protestar en todo el país contra la reforma de las 35 horas de trabajo semanal, en una fuerte señal de rechazo a la política económica y social del Gobierno de Jean-Pierre Raffarin. La gran participación fue la tónica general en las más de cien manifestaciones convocadas y, en especial, en París, donde desfilaron 90.000 personas, según los organizadores, que han cifrado en más de 500.000 los participantes en la movilización nacional.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 6 de febrero de 2005