Los insurgentes secuestraron ayer a cuatro ingenieros egipcios en Bagdad cuando salían de su domicilio en la zona oeste de la capital iraquí. Los cuatro son empleados de una empresa egipcia de telecomunicaciones. El secuestro fue confirmado por las autoridades de El Cairo.
Esta nueva acción contra los extranjeros parece ser parte de la ya larga campaña de los insurgentes para obstaculizar la reconstrucción del país tras las pasadas elecciones generales del 30 de enero, y es continuación del secuestro el pasado viernes de la periodista italiana Giuliana Sgrena, enviada especial del periódico de izquierdas Il Manifesto, quien fue secuestrada por hombres armados en una calle de Bagdad cuando realizaba su trabajo.
Dos organizaciones han reivindicado el secuestro de Sgrena, lo que hace aún más confuso el caso. Una de ellas, que se autodenomina Organización de la Yihad Islámica, dio un plazo de 72 horas, que se cumple hoy, para que Italia retire a sus tropas de Irak, pero no amenazaba la vida de la periodista. La segunda, asimismo autodenominada Organización Yihad, amenazó con matar a Sgrena hoy lunes si Italia no retira sus fuerzas. Ayer no estaba claro si se trata de la misma organización o son dos grupos distintos.
La Asociación de Clérigos Musulmanes, un grupo suní que ha negociado anteriormente la liberación de rehenes, condenó el secuestro de la periodista y ha expresado sus dudas sobre las exigencias de los insurgentes. "Llevar a cabo su amenaza y matarla es algo realmente peligroso porque significa que estamos atacando a gente que simpatiza con la causa del pueblo iraquí", dijo el jeque Abdul Salam al-Kubaisi.
Otra periodista que aún permanece secuestrada es Florence Aubenas, del diario francés Liberation. La ministra francesa de Cultura, Reanud Donnedieu, aseguró ayer que "los servicios del Estado están totalmente movilizados" para obtener su liberación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 7 de febrero de 2005