Inmigrantes en busca de información, abogados especialistas en Extranjería y algunos empresarios con sus empleados extranjeros, pasaron ayer por la delegación provincial de la Tesorería General de la Seguridad Social en Granada. La afluencia no fue masiva como se esperaba -sólo 13 empleadores acudieron en la primera hora- sino que el grueso de las gestiones consistieron en consultas de los propios extranjeros, ansiosos de información sobre los requisitos para su regularización.
Algunos como Jamal, que lleva en España desde 1999 tal y como mostraba su visado de entrada, se quejaron de que el empadronamiento anterior al 8 de agosto fuera el único medio de prueba aceptado por el reglamento de Extranjería para demostrar su arraigo. En otros casos eran los empleadores los que carecían de los requisitos necesarios para realizar los trámites. Entre ellos se encontraba Monserrat Molero, dueña de un negocio de medicina natural en Alfacar que regenta junto a su empleada (hasta ahora irregular), Míriam Gutiérrez, una venezolana que hace tres años que vive en España. Molero no pudo regularizarla porque carecía del documento TA6, la cuenta de cotización que debe tener como empresaria.
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Al mismo problema se enfrentaron las personas que pretendían normalizar a sus empleadas del hogar. Ana, una cubana que cuida a la madre su empleadora y la ayuda en casa, tampoco pudo concluir sus gestiones. Tendrá que esperar hasta hoy, cuando su jefa echará los papeles para darse de alta como empresaria. Un requisito esencial para tener empleados, sean o no extranjeros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de febrero de 2005