Desde luego que las familias numerosas ni estamos de moda ni entramos en los planes de nadie. Soy una madre con tres niños y, ni somos ricos, ni creemos ser bichos raros por ser cinco de familia.
Esta carta es una protesta por la falta de ayudas que tenemos y para mostrar la tremenda realidad que son los llamados beneficios que tenemos. Somos de Cercedilla (Madrid), y de beneficios, nada de nada, por mucho que pregone la Comunidad de Madrid:
Descuento en el IBI (qué bien suena). Pues el Ayuntamiento de Cercedilla no lo aplica.
Descuento en la factura de agua. Resulta que el descuento lo ofrece el Canal de Isabel II y mi pueblo es de los pocos en que el agua la gestiona el Ayuntamiento, no el Canal. Imagínense lo que ocurre: el Ayuntamiento de Cercedilla no lo aplica, porque no.
Descuento en transporte público urbano. No lo hay. Aunque en la página web del consorcio de transportes incluso viene reflejado, dicen que no, que debe ser un error.
Descuento en transporte público interurbano. Esto es para nota. Los autobuses La Sepulvedana ofrecen descuento sobre el precio de ida del billete, únicamente. Es decir, que si pides el billete de ida y vuelta o usas el abono transportes, obviamente el precio resulta más económico que su "estupendo" descuento. Además, casi ningún conductor sabe cómo aplicarte estos descuentos, con lo que cada vez que subes al autobús y enseñas el carné de familia numerosa, se supone que el conductor se agobia, la cola de personas te mira impaciente, el resto de pasajeros te mira con mala cara: esto no tiene precio, es como la MasterCard.
Acceso a servicios sociales, deportivos y de ocio. No se sabe qué beneficio es éste, pero aseguro que en ningún curso deportivo o taller organizado por el Ayuntamiento he visto nada que bonifique el hecho de ser familia numerosa. Podría seguir, pero no quiero aburrir. Es un desastre y luego hablamos de fomentar la natalidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 10 de febrero de 2005