La edición de este año del Festival Internacional de Cine de Miami (MIFF), que se clausura mañana con la película española Inconscientes, ha sido "un barómetro de lo que está pasando en el mundo". Así lo afirma su directora, Nicole Guillemet, refiriéndose a la temática social y política que predomina en los 117 filmes y documentales exhibidos a lo largo de la semana.
En Ruta a Bagdag (EE UU) y Gunner Place (Alemania-EE UU) muestran dos ángulos de la guerra de Irak; Perros callejeros (Francia, Irán) relata el desamparo de dos niños afganos; y Las tortugas pueden volar (Irak-Irán) retrata la incertidumbre en la que viven los niños kurdos refugiados. El recorrido fílmico por la geografía del sufrimiento humano pasa por El Salvador y sus niños-soldado (Voces inocentes, México-EE UU); el conflicto israelo-palestino (La pared, Francia-Israel); o las secuelas emocionales del Chile de Pinochet (La cuenca sola). La selección no fue intencionada. "No estaba programado, las fui viendo y de repente cuando acabé de elegirlas me di cuenta del contenido social", explica Guillemet. "Los cineastas están contándonos las desigualdades, el racismo, los conflictos. Es como un despertar de la conciencia, muy positivo, porque si no nos lo están comunicando al menos el cine sí lo está haciendo".
Problemática social, drama o comedia, en la oferta de la 22ª edición de MIFF ha habido para todos los gustos. Y ciertamente las cintas han gustado, a juzgar por la afluencia de público, más de 55.000 espectadores según cálculos preliminares. La muestra ha crecido exponencialmente de la mano de Guillemet, desde que se hizo cargo hace tres años cuando muchos críticos dudaban de su supervivencia. Guillemet, que había codirigido durante 18 años el festival de Sundance, le dio un vuelco en estructura y contenido. Es más atrevido, tiene más sabor iberoamericano y un mayor enfoque femenino.
Se han proyectado películas de 47 países. España ha participado con cuatro: Los nombres de Alicia, de Pilar Ruiz Gutiérrez; Fuera del cuerpo, de Vicente Peñarrocha; El crimen Ferpecto, de Alex de la Iglesia; e Inconscientes, de Joaquín Oristrell. Esta última es una de las dos favoritas de Guillemet -"es brillante", dice-, junto a la china Carta de una mujer desconocida, de Xu Jingley.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de febrero de 2005