El presidente del Consell, Francisco Camps, manifestó ayer en Alicante que para él y "para todos los ciudadanos", el dictamen que tiene "todo el valor político y jurídico" es el que emitió el Consell Valencià de Cultura (CVC) y que fue incluido en el preámbulo de la ley de de creación de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL). Camps argumentó su preferencia en que este dictamen "fue requerido por las Cortes Valencianas", de donde, sin embargo, también surgió la AVL con las atribuciones que le son reclamadas por la ley.
Pese a esta aparente distancia con el dictamen aprobado por unanimidad el miércoles por la AVL, considerada en algún sector del PP como un gesto de consumo interno para evitar la dispersión de voto, Camps en ningún momento puso en duda la unidad de la lengua, recogida en el reciente acuerdo bajo la siguiente fórmula: "La lengua propia e histórica de los valencianos, desde un punto de vista de la filología, es también la que comparten las comunidades autónomas de Cataluña y de las islas Baleares y el Principado de Andorra", aparte de L'Alguer, en la isla italiana de Cerdeña, la franja oriental aragonesa y el departamento francés de los Pirineos Orientales.
Por el contrario, el presidente del Consell, sin citarlo expresamente, sí criticó el punto 6 del dictamen, que hace referencia a las dos denominaciones legales de la lengua, y en el que la AVL insta a los gobiernos autonómicos implicados, "en colaboración con el Gobierno español", a que adopten las medidas oportunas para que fuera de esos ámbitos lingüísticos "se armonice la dualidad onomástica" como una entidad "no fragmentada", una posición que ya defendió el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero durante el proceso de elaboración del memorándum sobre lenguas cooficiales en la Unión Europea.
En ese sentido, Camps insistió en que el Estatuto de Autonomía, la tradición y el sentimiento de los valencianos "harán que siempre al valenciano se le llame valenciano". Según el presidente, "el nombre está garantizado por la tradición, el sentimiento, por la ley, por la Generalitat Valenciana y por el pueblo valenciano, que sabe perfectamente que el valenciano se llama valenciano y que en Valencia, en España, en Europa y en el mundo siempre se llamara valenciano". "De ninguna otra manera", proclamó. Asimismo, dijo que el conflicto en torno a la denominación "es una cuestión absolutamente cerrada y superada hace muchos años".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de febrero de 2005