Lograr desde su puesto de director de Bellas Artes el regreso de todo un icono del sufrimiento y la resistencia heroica de un pueblo como fue el Guernica, de Picasso, no fue nada fácil. Todos lo entendimos entonces, y por ello, cuando lo tuvimos a la vista en el Casón del Buen Retiro, supimos que un círculo se había cerrado. Puede que las negociaciones fuesen más económicas con los herederos que políticas con los elementos reaccionarios de la época. Da igual; Javier lo consiguió. Hoy puede parecer una cosa sin importancia lograr que un cuadro pueda ser visto. Pero no lo fue entonces ni lo es ahora: Arco ha sufrido un atentado cerca de su recinto de Ifema.
La pintura, la escultura, libros, música y cualquier manifestación libre de la cultura, siempre será objetivo de los intransigentes. Por eso hemos de contemplar, leer, aprender e informarnos, pero nunca, nunca, pensar que con eso está todo hecho. Y de eso sabía don Javier Tusell.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 12 de febrero de 2005