La red de cercanías de la Comunidad de Madrid brinda a los trabajadores de la Ciudad de Las Rozas que nos dirigimos a Madrid, vía Monte del Pardo, unos trenes relativamente nuevos, de dos pisos, que no suelen activar la calefacción. Ésta no existe.
Como casi todo es metálico, el frío te traspasa todo el cuerpo, y llegar a la estación de destino, la fría Recoletos, es un placer calorífico inigualable. Creía que parte del aumento del precio del billete iría dirigido, por lo menos, a mantener lo logrado hace tiempo, que es ir relativamente calentitos al trabajo.
Me gustaría que alguien me respondiese a mis quejas formalizadas para saber si tengo que llevarme una estufilla de casa.
Señora presidenta de la Comunidad cuide al trabajador en su trayecto al trabajo. Yo comparto su opinión de potenciar el uso de los transportes públicos, pero con unas condiciones dignas a la época, no que esto me recuerda a cuando era pequeño, cuando íbamos sobre vías, entre gallinas y sentados en asientos de madera.
Si estamos preparados para el 2012, demuéstrelo y, si no, que se la adjudiquen a una ciudad más social.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 13 de febrero de 2005