La Mancomunidad de Canales del Taibilla ha abierto el período exposición pública del estudio de impacto ambiental de la nueva desaladora de Canal de Alicante, que, en la práctica, supone la ampliación de la planta que ya funciona desde hace dos años en la partida de Agua Amarga, al sur de la ciudad. El presupuesto de licitación de las obras es de 80 millones de euros.
Tras la ampliación, la desaladora pasará a generar un caudal de 42 hectómetros cúbicos al año -en la actualidad la planta produce 18 hectómetros- . Los recursos hídricos extras, a tenor de las características del proyecto, irán destinados básicamente al abastecimiento humanos de la ciudad de Alicante.
La organización Ecologistas en Acción del País Valenciano considera positiva la iniciativa del Gobierno. "Las desaladoras son un mal menor en comparación con el impacto de los trasvases de agua", precisa Carlos Arribas, portavoz del colectivo en Alicante. Los ecologistas lamentan la ubicación de la instalación, en una de las escasas zonas húmedas del término municipal de Alicante, y critican que el proyecto se exponga al público sólo en Cartagena (sede de social de la Mancomunidad) y no en Alicante, territorio donde se ejecutará la obra.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de febrero de 2005