Durante el franquismo el 99% de los niños de la etnia gitana no estaban escolarizados. Un cuarto de siglo después, el 85% de los chavales gitanos en edad escolar están matriculados oficialmente al inicio del curso. Sin embargo, la educación de estos niños está lastrada por el elevado índice de absentismo, en torno al 10%, según estimaciones de la Federación Autonómica de Asociaciones Gitanas (FAGA). La entidad reclama la implicación de los alcaldes para erradicar este fenómeno.
La FAGA animó ayer en Alicante a que los ayuntamientos, y en especial los alcaldes, asuman como propio el reto de luchar contra el absentismo y garantizar la educación de los niños gitanos. "Los niños gitanos tienen menos oportunidades, sus padres trabajan de temporeros, en el cartón, la chatarra o en el campo y necesitan una atención especial", comentó Agustín Giménez, presidente de la Federación. Giménez presentó el plan de lucha contra el absentismo escolar que están aplicando, con la ayuda de la Diputación de Alicante, la consejería y algunos ayuntamientos que sufragan el mantenimiento y los gastos que generan los monitores encargados del seguimiento escolar de los niños gitanos. En Valencia hay 7 monitores, en Alicante capital 2, y en el resto de la provincia 3 y un coordinador.
De todas formas la implicación de los ayuntamientos es "insuficiente", ya que de los 144 municipios de la provincia de Alicante sólo 16 colaboran con esta federación. "Hay muchos ayuntamiento que no han abierto la boca y ni tan siquiera han contestado si están dispuestos a colaborar con este proyecto", se lamenta el presidente.
Monitores despertadores
El plan contra el absentismo escolar funciona gracias a la labor de unos monitores especializados que actúan tanto en la escuela cómo en el ámbito familiar. "Si hay problemas contactan con la familia y se preocupan por su educación", comentó Giménez que explicó cómo han puesto en marcha un sistema de monitores despertadores que se encargan de "ir a casa por los chavales, sacarles de la cama, asearles y llevarles al colegio" en aquellos casos que saben que sus padres trabajan o están durmiendo, y es fácil que los niños no se despierten solos. También en el barrio de Virgen del Remedio de Alicante uno de estos monitores está aplicando una técnica para lograr mayor rendimiento escolar a través de la música. "Fuera del horario lectivo, selecciona a un grupo de chavales y les da clases de guitarra o percusión como timbales", explica Jiménez.
Según los datos del último censo, en la Comunidad Valenciana hay entre 60.000 y 70.000 gitanos. El número de niños en edad escolar es importante, debido al elevado número de hijos de cada pareja. "El futuro de nuestra etnia dependerá de nuestros hijos y de lo que aprendan para poder sobrevivir", vaticina Jiménez.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de febrero de 2005