Los Correos Reales británicos (Royal Mail) perderán en enero de 2006 el monopolio concedido hace tres siglos y medio. Los servicios postales serán liberalizados a partir de esa fecha, 15 meses antes de lo previsto, según anunció ayer su oficina reguladora, Postcomm.
Desde enero de 2006, cualquier operador que obtenga la oportuna licencia tendrá derecho a entregar cartas o paquetes a particulares o empresas. El director general del Royal Mail, Adam Crozier, aseguró estar preparado para la competencia con tal de que se autorice a la empresa el derecho a fijar las tarifas de acuerdo con el costo real de los servicios prestados.
A pesar de la privatización, los Correos Reales británicos tendrán la obligación de ofrecer un servicio postal universal con una recogida y una entrega los días laborables y a un precio uniforme en todo el Reino Unido.
El mercado postal británico se abrió parcialmente a la competencia en 2003 (muy limitado a un tipo de correo y de empresas). La calidad del servicio que ofrece Royal Mail es objeto de continuas críticas (retrasos, pérdida de cartas), pero continúa distribuyendo un 99% del correo en un mercado valorado en unos 6.500 millones de euros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 19 de febrero de 2005