Carlos de la Serna Arenillas murió el pasado viernes en Madrid, a consecuencia de una trombosis, según informaron fuentes familiares. Economista, máster por la London School, había nacido en Madrid el 9 de julio de 1952. Militante socialista desde los tiempos de la dictadura franquista era padre de dos hijos, Gonzalo y Álvaro.
Carlos, probablemente andarás ya averiguando y conociendo gentes y lugares en tu nuevo destino, descubriendo todos los secretos y empapándote de historias, referencias, olores y sabores para contárnoslo luego con detalle e ironía. Siempre has sabido más que nadie de casi todo, especialmente de disfrutar la vida - Epílogo y canción por una vida atrevida es el título de uno de tus poemas- y regalarnos a los demás, con una generosidad inédita, toda esa sabiduría.
Has sido maestro de una generación entera -"los sherpas de la democracia," decías-. Desde la lucha contra la dictadura, en su última etapa, hasta el triunfo del PSOE de Felipe González , muy jóvenes trabajamos por un país democrático, más abierto y más moderno que hoy ya tenemos, Charli.
Seguramente estarás buscando, ahí donde has ido, alguna taberna -si vieja y bulliciosa, mejor- para picar las especialidades del lugar, con un vinito de la tierra, en compañía de Jacobo, que se marchó antes. Tal vez recorres en tu vespa los caminos del cielo, atento siempre a las cosas bellas.
Ya debes haber encontrado una casa para que podamos ir tus amigos y tus amigas - las mujeres te hemos querido mucho, qué bien has sabido tratarnos y entendernos-, invadiendo camas y sofás, vaciando tu nevera y fumándonos todo, abusando, Charli, como a ti te gusta...
Como los buenos sherpas te has adelantado para preparar el campamento. Sabemos que recorrerás el camino despacio, descubriendo lo mejor en cada etapa. Escríbenos, si acaso en mayo, y nos cuentas... Esperamos tus noticias mientras acariciamos tu recuerdo en nuestra memoria, para siempre. En nombre de muchos.-
ELENA VALENCIANO, diputada socialista en el Parlamento Europeo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 20 de febrero de 2005