En primer lugar, lamentamos los acontecimientos acaecidos en Cortegana, tanto en lo que se refiere al asesinato de nuestro vecino Mateo, como a los injustos altercados en la barriada de Las Eritas.
Sin embargo, el motivo de nuestra carta es otro. Por desgracia, desde hace años, los niveles de absentismo del colectivo de alumnos/as de etnia gitana en nuestro colegio rozan el 50-60%. Desde 1988, aproximadamente, se han llevado a cabo varios proyectos, en ocasiones promovidos desde el propio centro y otros en colaboración con diversas asociaciones romaníes, dirigidos a evitar el absentismo e integrar a los alumnos/as de etnia gitana en la vida escolar. Sin embargo, los escasos avances obtenidos con estas iniciativas desaparecían cuando, por falta de medios en el centro y por desinterés de las instituciones educativas y de las propias familias de etnia gitana, dichas iniciativas no podían continuar, a pesar de los esfuerzos que los profesores/as han hecho ofreciendo material, apoyo, cumplimentando formularios de becas, inscripciones, etc...
Las administraciones educativas no han mostrado interés, ni antes, durante los años que hemos estado pidiendo medios personales ni ahora, cuando no hemos recibido ni una sola llamada para interesarse por el estado del centro. El pasado 28 de enero nos reunimos brevemente con el delegado de Educación de Huelga, quien nos prometió estudiar el tema con el viceconsejero de Educación. Estamos a la espera de su decisión.
Esperamos que algún día las cosas cambien y, por parte de todos, haya un interés cierto y sincero, acompañado de medios y ayuda, por la educación y no sólo por el sensacionalismo, la imagen y la autopublicidad positiva.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de febrero de 2005