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REFERÉNDUM EUROPEO | Los resultados de la convocatoria

El Lluís Vives recordó al presidente su precariedad

El presidente Camps votó poco después de las 12 y media de la mañana en el céntrico instituto Lluís Vives de Valencia. En una sábana, colgada en el primer piso del edificio, podía leerse On són els diners?, en referencia a la falta de presupuesto que aqueja al centro. Y en el patio, expuestos en paneles, había multitud de recortes de periódico que hacían referencia al corte de luz efectuado por Iberdrola hace dos semanas debido a las deudas acumuladas por el instituto con la compañía eléctrica.

El presidente se detuvo a observar dos históricas y voluminosas campanas expuestas en el vestíbulo, pero apenas disminuyó la marcha al paso por los recortes de periódico.

Al margen de esos dos detalles, nadie recriminó nada a Camps. Más bien al contrario. Algunos votantes se acercaron al jefe del Consell para felicitarle, y Camps se entretuvo a conversar amigablemente con varios conocidos. "¿Qué tal Paco, sigues jugando?", le abrazó una anciana, que explicaría más tarde que el presidente "jugaba a dobles" con su hijo.

Una vez en el gimnasio, donde estaban las urnas, el presidente posó para los fotógrafos con su familia; votó; estrechó la mano uno por uno a los miembros de la mesa, y se alejó, caminando, del Lluís Vives.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de febrero de 2005