Con motivo del artículo publicado en EL PAÍS con fecha 7 de febrero titulado El 10% de los alumnos de un centro de secundaria de Alicante [número 19 o Pla] han sido expedientados, señalar que aunque esta cifra es correcta, no lo es en lo que concierne a la explicación de los motivos. Los casos de vandalismo son esporádicos, y aludía a episodios de violencia de cursos anteriores, que no reflejan el clima actual del centro. Hay un elevado índice de fracaso escolar, debido a que es un instituto nuevo y concentra un alto número de alumnos de primero, segundo y tercero de la ESO, los cursos más problemáticos. El porcentaje de alumnos inmigrantes no es del 70%, sino de en torno al 40%, cifra que sigue siendo significativamente alta. La correlación vandalismo, fracaso escolar y alumnado inmigrante es tendenciosa y encierra un prejuicio racista, ya que muchos alumnos suramericanos tienen una educación que desearíamos de los nacionales, y los alumnos del Este de Europa demuestran mayor tesón en el estudio y respeto en general. Habría que hacerse muchas preguntas para responder a un fenómeno tan complejo: ¿Por qué la disociación entre los jóvenes y la escuela es cada vez mayor? Dado que los padres se preocupan tanto del bienestar material de los hijos, ¿por qué no administran los refuerzos (moto, videoconsolas, móviles, etc) para modelar las conductas de sus hijos y hablan más con ellos? Habría que preguntarse qué ha ocurrido en nuestra sociedad avanzada española donde cada vez se desprecia más la cultura, el dominio de la lengua y el espíritu crítico.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de febrero de 2005