Los brotes de racismo se suceden jornada tras jornada en la Liga. Un día es el camerunés Eto'o, del Barcelona, la víctima. Otro, como el domingo, los que no se libraron de los insultos o de los sonidos simiescos fueron su compatriota Kameni, portero del Espanyol, y Morales, delantero uruguayo de Osasuna.
Los árbitros tienen instrucciones de reflejar estos incidentes en las actas de los partidos, pero sólo tres de los 24 de la Primera División han dejado constancia de los hechos y en tan sólo cinco encuentros. Uno, Alfonso Pérez Burrull, denunció esos sucesos en el Albacete-Barça, el 11 de diciembre: en el Atlético-Madrid, el 9 de enero, y en el Málaga-Espanyol, el domingo, cuando Rafael Ramírez hizo lo propio en el Getafe-Osasuna. Antonio Rubinos también lo hizo en el Espanyol-Betis, el 30 de enero. Otro colegiado, Fernando Carmona, dijo que no reflejó en el acta los insultos a Eto'o en el Zaragoza-Barça porque no se enteró "al tener mil cosas a las que atender".
Kome, delantero camerunés del Getafe, apuntó ayer que "en todos los campos gritan" y contó su "calvario" en el encuentro que su equipo jugó con el Espanyol en Barcelona. "Me chillaron y me dijeron de todo. Kameni me preguntó: '¿Por qué te gritan si aquí yo también soy negro?", contó Kome.
El Comité de Competición sanciona los insultos sólo si constan en las actas arbitrales. Además, la sanción se limita al club local y la multa a 600 euros.
El secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky ha citado hoy en la sede del Consejo Superior de Deportes a los representantes de la Federación Española, la Liga Profesional y la Asociación de Futbolistas para abordar el problema.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de febrero de 2005