"En el mundo multimedia, la música está perfectamente integrada, es un acompañante del teléfono avanzado", dice Luis Martín, director de la unidad de negocios de movilidad de Microsoft España: "Sin embargo, el vídeo tiene ciertas restricciones por su peso y resolución de pantalla".
"Creo", añade Martín, "que el modelo de un euro por canción es demasiado caro, ya sea para el teléfono o para el PC. Sin embargo, modelos anunciados recientemente por algunos proveedores basados en suscripción mensual-como el de Napster a 15 euros al mes- son más asequibles.Hay que tener en cuenta que hay una cosa que el usuario del teléfono no perdona: se escuchará música si la batería no se agota y la calidad es buena".
"Éste es un mercado incierto donde cada jugador tiene su visión", explica Ignacio Tomé, de Telefónica Móviles; "pero lo que es evidente es que los teléfonos tienen más memoria y capacidad de reproducción. Tenemos una oportunidad magnífica para generar tráfico y movilizar la compra de canciones desde el Internet móvil. Lo que quiere la operadora es tener el elemento de compra en movilidad junto al elemento de escucha. Parece que a los fabricantes les interesa más el elemento de escucha".
"La música a través de un operador de telefonía móvil", dice Tomé, "tiene un elemento muy positivo y es el control de los derechos digitales".
Acuerdo con la SGAE
Precisamente la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) ha llegado a un acuerdo con la Asociación de Empresas de Servicios a Móviles (AESAM) para que los españoles con móvil puedan acceder a tonos de llamada con cualquiera de las tres millones de obras musicales registradas en la SGAE, según Efe.
Los autores recibirán durante 2005 el 10% de los ingresos generados con los tonos de llamada, un porcentaje que aumentará al 11% en 2006 y 2007. El acuerdo apuesta por el fomento de la bajada de obras musicales íntegras (ya sea como descarga permanente o en hilo musical) y por las melodías que sustituyen a la señal de llamada cuando se marca un número de móvil.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de febrero de 2005