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El frío y la lluvia amenazan a los supervivientes del terremoto iraní

Rescatadas vivas dos mujeres mientras los muertos aumentan a 530

Los habitantes de Hotkan, una de las aldeas destruidas por el terremoto que sacudió el sureste de Irán en la madrugada del miércoles, pasaron la noche a la intemperie ante el temor a nuevas sacudidas y amenazados por el temporal de lluvia, frío y nieve que dificulta la tarea de los equipos de rescate, que continúan extrayendo cadáveres de entre las ruinas. Pese a ello, en la mañana de ayer fueron rescatadas con vida dos mujeres en ese mismo pueblo.

Un viandante escuchó los gritos de Zara Mirzai, de 18 años, quien, una vez retiradados los escombros, estaba prácticamente ilesa, aunque toda su familia, que fue sacada casi al mismo tiempo, estaba muerta. La joven contó a sus rescatadores que nada más sentir el temblor corrió a colocarse bajo el marco de la puerta, porque "había oído que era el lugar más seguro". Poco después fue rescatada, también en Hotkan, Zara Huseini, de 25 años, que fue hospitalizada porque presentaba fuertes dolores de espalda.

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El general Husein Marufi, comandante de la brigada de los Guardianes de la Revolución (el Ejército ideológico del régimen), que participa en las operaciones, aseguró: "Esta mañana hemos sacado 27 cadáveres. Creemos que aún quedan unos 70 u 80 cuerpos sepultados". Según el Ministerio del Interior, los muertos superan el medio millar.

El seísmo del martes, de intensidad 6,4 en la escala Richter, ocurrió en una zona montañosa de la misma provincia de Kerman que hace apenas 14 meses sufrió en Bam otro de intensidad similar, que arrasó la ciudad y dejó cerca de 30.000 muertos.

Ambulancias y coches cargados con víveres y mantas colapsan la diminuta carretera de montaña que une los pueblos afectados, medio centenar, aunque los más dañados son una decena que se encuentra al norte de la ciudad de Zarand, en cuyo hospital se han ingresado numerosos heridos. Otros fueron evacuados a los hospitales de Kerman, la capital provincial, que se encuentra a unos 50 kilómetros al sur de la zona más afectada. Unidades del Ejército colaboran en el rescate y entierro de las víctimas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de febrero de 2005