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España e Italia protestan por la discriminación de sus lenguas en Bruselas

Con 20 lenguas oficiales y las consecuentes dificultades para ofrecer interpretación a todas ellas, la Comisión Europea ha decidido apostar por el francés, el inglés y el alemán en detrimento del resto. La decisión ha levantado una auténtica polvareda en Italia, cuyo Gobierno protestó ayer oficial y enérgicamente, ha generado la protesta formal española y ha suscitado las quejas de la Asociación de Periodistas Internacionales. Ante la ofensiva, la portavoz de la Comisión, Françoise Le Bail, aseguró ayer que el asunto se resolverá en breve de la forma más sensata posible y, mientras tanto, el comisario italiano Franco Frattini anuncia que a partir de ahora sólo usará su lengua materna ante la prensa.

Tanto a nivel interno como en su trato diario con los 1.020 periodistas acreditados en Bruselas, la Comisión Europea utiliza sólo el francés y el inglés. La costumbre era ofrecer todas las lenguas oficiales cuando comparecían los comisarios, lo que solía ocurrir los miércoles, aunque se ofrecía casi el mismo servicio (nueve lenguas) si la comparecencia se producía otro día de la semana. Desde diciembre pasado, sin embargo, y dado el mayor número de idiomas, así como de comisarios (ahora 25), las dificultades se han saldado ofreciendo interpretación completa sólo los miércoles. El resto de los días, a los comisarios sólo se les traduce a tres lenguas fijas (francés, inglés y alemán) y dos variables (el idioma del comisario y el del país al que más afecte el asunto).

"Lengua muerta, identidad negada; la UE mata al italiano en Bruselas", titulaba en primera página Corriere della Sera el pasado sábado, el mismo día en que el embajador italiano en Bruselas enviaba a la Comisión una carta de protesta. La Embajada española se sumó ayer con otra misiva similar.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de febrero de 2005