La Escolanía de Montserrat se enfrenta a uno de los cambios más significativos de sus 800 años de existencia: a partir del próximo curso los niños cantores no estarán obligados a permanecer en el internado. Podrán volver cada día con su familia, incluidos los fines de semana hasta la misa del domingo. Los cambios sociales han podido más que la tradición. A la Escolanía le faltan voces y sus actuales responsables creen que la fórmula de abrir el internado les puede permitir recuperarse de la actual escasez de jóvenes. A día de hoy el centro funciona a la mitad de su capacidad, con sólo 35 niños a su cargo.
La Escolanía de Montserrat es una de las formaciones corales infantiles de más nivel de Europa. Se ha popularizado a través de sus intervenciones diarias en la basílica de Montserrat, la de los domingos después de la misa conventual y en los conciertos que ofrece. Es, además, un centro educativo integrado en el que la enseñanza musical -canto, piano y un instrumento elegido por los jóvenes- es el eje a partir del que se adapta el modelo educativo. El padre Josep Maria Falcó, coordinador de la Escolanía, explicó: "La supresión del internado pretende facilitar el acceso a la Escolanía a gente de alrededores como Igualada o Manresa".
A partir del próximo curso los cantores subirán a Montserrat en el tren cremallera de las 8.30 y bajarán del santuario en el de las 18.00. Las actividades finalizarán el viernes y no se reanudarán hasta el domingo a las diez de la mañana, para la preparación de la celebración eucarística, y el periodo de descanso veraniego se alargará un mes. En festividades como Navidad o la adoración de la Virgen de Montserrat se garantiza la presencia de los niños en los oficios religiosos.
La falta de alumnos y la alta especialización del centro también supone un problema económico para el monasterio, que asume el 55 % del coste total de la escolania. El resto del presupuesto se cubre gracias al patrocinio, a una subvención del 13% de la Generalitat, a la contribución de los padres, de 307 euros al mes, y mediante ayudas, que se reciben a través de donaciones a la Fundación Montserrat 2025.
El próximo reto para la transformación de la Escolanía, que queda aún lejano, es la inclusión de niñas en la coral.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 25 de febrero de 2005