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OPINIÓN DEL LECTOR

Ángeles de la risa

Estos últimos años nos dejaron fantásticos humoristas: el genial Gila, el lacónico y grave Eugenio, el tierno y simpático mago Pepe Carrol. No hace todavía una semana leí con estremecimiento y tristeza que ha fallecido el estupendo Paco Gandia.

Hacer reír no es fácil, se debe tener un don especial, una condición humana particular, por eso, la pérdida de estos artistas (como todas) es irreparable, pero quizá éstas aún más, porque con su trabajo, hacen que nuestra efímera vida sea más llevadera. Todos deberíamos de reconocer la extraordinaria función social que desarrollaban estos profesionales.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de febrero de 2005