Los complejos trabajos de refuerzo del subsuelo y los edificios del entorno inmediato del socavón requerirán vaciar algunos pisos -ya sea completamente o sólo los muebles de algunas habitaciones- y de los locales comerciales de los bajos. La medida, siempre con el consentimiento de los vecinos, supondrá trasladar provisionalmente los muebles y género de los comercios a guardamuebles.
El primer paso de todo el dispositivo es inspeccionar los edificios para, en función de su estado y las necesidades de apuntalamiento, inventariar los muebles. Sin embargo, seguro que será necesario vaciar los pisos y locales de los dos edificios -pasaje de Calafell, 4 y Conca de Tremp, 8- contiguos a los que serán derribados.
"Reforzar con puntales y cosiendo paredes de los edificios contiguos al derribo es imprescindible para garantizar su máxima seguridad. Aunque requiere trasladar mobiliario, tenemos la suerte de que en este momento los pisos no están habitados", explicó ayer el arquitecto que dirige la operación de refuerzo del perímetro inmediato al socavón, Carles Buixadé. En otras ocasiones, como en el Turó de la Peira, estas operaciones se han realizado con los vecinos en casa, recordó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 2 de marzo de 2005