Como tantas y tantas personas en todo el mundo, Alberto Molinero e Inmaculada Illescas, un joven matrimonio de Jaén, quedó conmocionado al presenciar las imágenes devastadoras del tsunami, el terrible maremoto que las pasadas Navidades se llevó por delante la vida de decenas de miles de personas en el sureste asiático. Pensaron entonces que no podían permanecer impasibles ante semejante catástrofe, por muy lejos que les cogiera. No sólo lo pensaron, sino que se pusieron manos a la obra, conscientes de que su generosidad apenas iba a ser un modesto grano de arena entre tantas toneladas de solidaridad llegadas desde los cinco continentes.
Así fue como decidieron organizar una gala benéfica para remover la conciencia de sus vecinos e implicar al mayor número de ellos en una misma causa: recaudar fondos para todas las víctimas que han perdido a familiares y se han quedado sin hogar. "Lo que empezó siendo una humilde idea entre la familia y los amigos fue adquiriendo cada vez más dimensión hasta el punto de que, prácticamente, nos ha sobrepasado tanta solidaridad", comentaban ayer Alberto e Inmaculada pocas horas antes de la celebración, en un complejo hotelero de la capital, de la gala Jaén por Asia, que reunió a casi 300 personas, la mayoría de ellas anónimas, pero también a representantes de las instituciones y los estamentos sociales de la provincia.
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Alberto, topógrafo, e Inmaculada, procuradora, vieron así recompensado su esfuerzo altruista durante las últimas semanas. Tanto es así que reconocen que durante los dos últimos meses apenas han tenido tiempo para dedicarlos a sus hijos, Alberto de cuatro años y medio, y Celia, tres años menor. La gala consistió en una cena, al precio de 35 euros (de los que 10 eran la colaboración), amenizada con la actuación de varias artistas locales que actuaron de modo desinteresado, y el sorteo de numerosos productos donados por diferentes casas comerciales de Jaén.
Aunque la gala fue la culminación de la campaña solidaria emprendida por los dos jóvenes jiennenses, no ha sido, curiosamente, la mayor fuente de ingresos. En la llamada fila cero se ha recaudado incluso más dinero, en parte por la aportación de entidades como Caja Jaén, Caja Rural o instituciones como el Ayuntamiento de la capital, la Junta de Andalucía y la Subdelegación del Gobierno. También obtuvieron un buen pellizco en el carnaval de Huelma y en una fiesta organizada por un bar de la capital. En total, confían en recaudar unos 30.000 euros.
"Es una cantidad pequeña, pero nos damos por satisfechos si ese dinero sirve para paliar algún drama humano", señalaron. A ellos les hubiera gustado que este dinero hubiera servido para algún proyecto de potabilidad del agua, aunque lo dejan al mejor criterio de las ONG que trabajan en la zona. Para evitar cualquier suspicacia, la administración de todo lo recaudado está en manos de Cruz Roja, Y es que, como admiten Alberto e Inma, en esta campaña solidaria "también ha habido muchos sinsabores y muchos recelos de personas e instituciones". El paso del tiempo ha sido su peor enemigo. "Al principio había más solidaridad, quizá por el impacto emocional de las imágenes, pero con el transcurrir de las semanas cada vez hemos notado más frialdad", aseguran, tras agradecer el apoyo recibido.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 4 de marzo de 2005