El proyecto de fusión del gigante de gas ruso Gazprom con la petrolera estatal Rosneft ha desatado luchas internas en el Kremlin que saltaron a la luz ayer tras una tempestuosa reunión del Gobierno, y que hacen dudar sobre la viabilidad de la operación.
El presidente de Rosneft, Serguéi Bogdánchikov, desmintió el modelo de fusión que el presidente de Gazprom, Alexéi Miller, había anunciado el miércoles como un proyecto definitivo del Kremlin para crear una de las mayores corporaciones energéticas del mundo. Bogdánchikov calificó el anuncio como "visión personal" de Miller y añadió que seguirá operando de forma independiente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 4 de marzo de 2005