Los tres sindicatos que han convocado la sucesión de huelgas en Osakidetza (ELA, el SATSE y el Sindicato Médico) admiten que las posibilidades de llegar a un acuerdo con Sanidad son muy escasas, ya que los contactos están "rotos" por lo que consideran inevitable que se llegue al paro general convocado para el 22 de abril. El consejero de Sanidad, Gabriel Inclán, reconoció que el con flito, que ayer vivió su tercera jornada de paros escalonados, esta vez en Vizcaya, tiene "una mala solución". Las centrales destacaron el amplio seguimiento -el 65% en los hospitales y el 70% en ambulatorios- mientras que Osakidetza lo calificó de "absoluto fracaso", con una incidencia entre el 4,7% y el 20%.
Junto a la habitual discrepancia en las cifras de apoyo a una huelga, en Sanidad se suma el alto porcentaje de servicios mínimos establecidos, una media del 85%. En áreas como Urgencias trabaja todo el personal. Las tres centrales convocantes, que suman el 58% de la representación en Osakidetza, se refieren siempre a la incidencia entre el personal que puede sumarse a los paros.
Según sus datos, en el hospital de Cruces, el segundo mayor de Euskadi, el seguimiento del paro llegó ayer al 65% y estuvieron cerrados los quirófanos de cirugía plástica, cardiaca y general y neurocirugía, lo que horas después fue desmentido por Osakidetza. En el Hospital de San Eloy, también en Barakaldo, alcanzó el 80%, mientras que en los centros de atención primaria de las márgenes Derecha e Izquierda se llegó al 70%.
Los convocantes reiteraron su propósito de seguir con las convocatorias de paros hasta que Osakidetza acceda a "negociar con contenidos". Izaskun Garikano, responsable de ELA, criticó el acuerdo alcanzado la pasada semana por la dirección con tres centrales minoritarias en el sector -LAB, CCOO y UGT-, ya que "no recoge las reivindicaciones mínimas que afectan a todo el personal". En cambio, LAB instó a lo que denominó "espuria mayoría sindical" al reconocimiento del "fracaso" de la huelga, que a su juicio responde más a "intereses corporativos y de táctica sindical" que a la defensa de la calidad asistencial en el Servicio Vasco de Salud.
La dirección de Sanidad replicó que en Cruces sólo paró el 4,8% del personal y en San Eloy, el 6,5%, mientras que en los centros de atención primaria la incidencia se quedó en el 20,1%. Osakidetza llamó a acabar con las "medidas de presión injustificadas que solo perjudican a la ciudadanía".
El consejero de Sanidad, Gabriel Inclán, reconoció que la huelga "cada vez tiene menos salida", pero responsabilizó de la situación a las tres centrales convocantes. "Hay una mala solución, porque lo que hace falta es moverse, y Osakidetza se ha movido sistemáticamente para buscar un acuerdo".
"Nosotros mantenemos el calendario de las huelgas", afirmó Izaskun Garikano en la concentración que durante media hora mantuvieron dos centenares de trabajadores en la entrada principal del hospital de Cruces. Garikano agregó que no tienen previsto mantener ninguna reunión con la dirección de Osakidetza y que los contactos "están rotos", por lo que prevé que se llegará al paro general previsto para el 22 de abril. Antes, están convocadas nuevas huelgas escalonadas en áreas de Vizcaya y Guipúzcoa y en toda Álava, donde hasta ahora no se ha celebrado ningún paro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 4 de marzo de 2005