Un hombre de 35 años murió ayer en Coín (Málaga) tras recibir al menos dos disparos de un policía local cuando tenía encañonado a otro agente al que, según informaron fuentes municipales, amenazó reiteradamente de muerte. Previamente, el fallecido había herido con una navaja a tres personas que se encontraban en una vivienda de San Román, un pequeño núcleo rural alejado de la población malagueña, de unos 20.000 habitantes.
La Guardia Civil, que llegó al lugar del suceso una vez ocurrido los hechos, se ha hecho cargo de la investigación de un suceso considerado "muy extraño".
Según parece, el fallecido, R.B.L., realizaba desde hace varios días unas obras de reforma en la finca por encargo de sus propietarios, y se había instalado en ella, aunque tenía su residencia habitual en Mijas. Sobre mediodía de ayer, se originó una fuerte discusión, en el transcurso de la cual el hombre hirió con una navaja a tres de las cinco personas que en ese momento se encontraban en la vivienda.
Una de ellas acudió hasta el pueblo para alertar a la policía. Dos agentes se personaron entonces en el lugar de los hechos. Según fuentes próximas a la investigación, el individuo cogió por el cuello a una mujer, que podría ser su compañera sentimental, a la que apuntó en la sien con una pistola. Ante las peticiones de los agentes para que depusiera su actitud, el hombre soltó a la mujer y se encaró con los agentes, apuntando con el arma a uno de ellos y gritándole que lo iba a matar si no le dejaban huir.
El otro agente realizó entonces al menos dos disparos, que hirieron mortalmente a R.B.L. El servicio de emergencias 061 informó de que le fue requerido un helicóptero para trasladar al hombre a un hospital, pero murió antes, pese a los intentos de reanimación del equipo médico.
El alcalde de Coín, Gabriel Clavijo, del PSOE, defendió la correción de la acción del policía, con cuatro años de antigüedad en el cuerpo. "No tenemos ningún dato que nos haga pensar otra cosa más que se trata de una actuación clara de legítima defensa, había una persona que había herido previamente a otras tres personas y estaba apuntando a un agente diciéndole que le iba a matar. Primero ha realizado dos disparos al aire y como seguía en la misma actitud ha tenido que repeler", explicó.
Los tres heridos por arma blanca fueron atendidos en el centro de salud de Coín por cortes de diversa consideración y posteriormente prestaron declaración a la Guardia Civil. La titular del juzgado de instrucción número 2 de Coín se hizo cargo de la investigación y decretó el secreto de sumario.
Los propietarios de la finca donde se produjeron los hechos no residen habitualmente en Coín, que vivió conmocionado el suceso. El alcalde anunció que en los próximos días va a reiterar al Ministerio del Interior su petición de refuerzo del destacamento de la Guardia Civil y la creación de una comisaría del Cuerpo Nacional de Policía. "Éste es un pueblo pacífico, pero desgraciadamente está en una zona caliente por su cercanía a la Costa del Sol y hay que tener precaución", dijo.
En agosto de 2003, Coín se vio conmocionada por el asesinato de la joven Sonia Carabantes, del que está acusado el ciudadano británico Tony Alexander King, único imputado también en el crimen de Rocío Wanninkhof en Mijas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 6 de marzo de 2005