Mis hijos asisten a un curso de natación en la piscina municipal de Orcasur. Desde el mes de diciembre, la caldera está averiada y no calienta el agua. Por tanto, desde entonces hemos ido muy pocos días y siempre estaba el agua fría.
La piscina sigue abierta y funcionando con sus monitores con normalidad, como si de verdad funcionara. Mientras, nosotros tenemos que seguir pagando las mensualidades porque si dejas de hacerlo te quedas sin la plaza. Hemos puesto multitud de hojas de reclamación, pero nadie hace nada.
Encuentro vergonzoso que se gasten ingentes cantidades de dinero en tantas cosas innecesarias (por decir sólo una, la reforma de la M-30) y no se solucione este problema que afecta a muchos niños. Esto demuestra que las prioridades del Ayuntamiento de Madrid no son los ciudadanos, sino la megalomanía de su alcalde.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 6 de marzo de 2005