Es evidente que el tabaco es perjudicial para la salud y que influye enormemente en el desarrollo de distintos tipos de cáncer y de otras enfermedades en los fumadores, y en menor grado en los no fumadores.
Y yo me pregunto, como ciudadano de una gran ciudad, cómo es posible que ser fumador pasivo sea tan perjudicial y pasar todo el día inhalando los humos de los coches, calefacciones, incineradoras... no provoque los daños suficientes como para tratar de limitar dichas causas igual que se intenta limitar el consumo de tabaco.
Según EL PAÍS del 21 de febrero, la contaminación atmosférica causa más de 310.000 muertes al año en Europa y, sin embargo, los poderes públicos y nosotros, los propios ciudadanos, no tomamos conciencia real sobre qué medidas tomar para frenar la contaminación atmosférica en nuestras ciudades.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 6 de marzo de 2005