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OPINIÓN DEL LECTOR

Un caracol

A veces es sorprendente cómo el detalle más insignificante nos devuelve a la realidad. Cuando la realidad creemos que son los problemas del tráfico, el estrés del trabajo o los múltiples problemas personales y familiares. Después de varias olas de frío y alguna que otra lluvia, la otra noche me fijé en un caracol que había salido a pasear . Era como si su modesta presencia me hubiera despertado de un letargo de días: la vida sigue y formamos parte de ella.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 7 de marzo de 2005