La Real Sociedad y el Mallorca, habitantes de la zona media y baja de la clasificación, se entregaron ayer al fútbol espectáculo. Los locales, más necesitados, se llevaron finalmente el gato al agua en un partido de ida y vuelta con goles para todos los gustos.
Se marcó al contragolpe, de tiro lejano y tras una jugada de balón parado. Incluso hubo un gol tonto. Fue el segundo de la Real, fruto de una inverosímil acción de Moyà. En su intento de evitar un córner, corrió tras el balón y logró mantenerlo dentro del campo, pero sólo para que lo recogiera Uranga y, sin oposición, pusiera por delante a los suyos por segunda vez.
El Mallorca había empatado un minuto antes, pero con el 1-2 no perdió la cara al encuentro y volvió a igualar poco después. En resumen, cuatro goles en doce minutos.
MALLORCA 3 - REAL SOCIEDAD 2
Mallorca: Moyà; Campano, Ballesteros, Ramis, Poli; Melo (Cortés, m. 85), De los Santos; Luis García, Arango, Tuni (Pereyra, m. 69) y Romeo (Correa, m. 72).
Real Sociedad: Riesgo; Lopez Rekarte, Labaka, Luiz Alberto, Rossato; Karpin, Mikel Alonso (Barkero, m. 72), Xabi Prieto (Mladenovic, m. 69), Aranburu; De Paula y Uranga.
Goles: 0-1. M. 7. Aranburu bate de volea a Moyà desde dentro del Área grande. 1-1. M. 14. Romeo culmina un contragolpe conducido por Luis García y Arango. 1-2. M. 15. Moyà falla en su intento de evitar un córner y Uranga aprovecha para marcar a puerta vacía. 2-2. M. 19. Luis García recibe el balón en la frontal del área y marca a la media vuelta. 3-2. M. 54. Romeo aprovecha un mal rechace de Labaka para batir a Riesgo.
Árbitro: Undiano Mallenco. Mostró la tarjeta amarilla a Rossato.
Unos 15.000 espectadores en Son Moix.
Contra pronóstico, el festival tuvo continuidad en la segunda parte, cuando los dos equipos siguieron buscando la victoria. El argentino Romeo, uno de los refuerzos invernales del Mallorca, certificó su despertar marcando el gol de la remontada.
La Real no dejó de creer en la posibilidad de ganar, máxime cuando quedó probado que las ausencias de Nihat y Kovacevic, lesionados, no pasaban factura a su capacidad goleadora.
Pero el Mallorca no se confió y supo mantener el elevado ritmo de la primera mitad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 7 de marzo de 2005