El Estudiantes mantuvo el tipo en el Palau hasta que una tromba de triples descerrajó su defensa. Fue un momento decisivo porque se produjo cuando el partido parecía abocado a ser decidido en una acción agónica o incluso en una prórroga. Fue en aquél instante cuando el Barcelona demostró punto por punto la capacidad resolutiva individual que tanta fama, partidos y títulos le ha dado en los últimos tiempos. De la Fuente, colosal, Bodiroga y Navarro, como casi siempre más inspirado a medida que se acerca el final de partido, enlazaron tres triples casi consecutivos que rompieron la coriácea resistencia que opuso Estudiantes. El Barcelona abrió una brecha (85-78) que sentenció.
El Barcelona recuperó a Zizic, enfermo ante el Madrid, y su juego interior lo agradeció. No supo imponerse Estudiantes en el interior de la zona, entre otras cosas porque Patterson repitió una de sus grises actuaciones y dejó muy sólo a Garcés. El espléndido partido de Carlos Jiménez, resolutivo como nunca esta temporada y siempre de inestimable ayuda en su tarea reboteadora, así como la buena mano de Iturbe y Sergio Rodríguez, no bastaron para ir más allá de mantener en jaque al Barcelona durante 38 minutos (79-76). Estudiantes, además, empezó mal el partido y tuvo que efectuar un esfuerzo adicional para rebajar la notable ventaja que le sacó el Barcelona de entrada (38-28).
Ilievski volvió a brillar en el equipo azulgrana. El base macedonio parece haber superado absolutamente la crisis que le llevó a ser cuestionada su calidad para llevar el timón de un equipo como el Barcelona. Contra Estudiantes anotó 15 puntos, ofreció 9 asistencias y recuperó tres posesiones. Él y De la Fuente tiraron del carro de un Barcelona que no desplegó un juego excesivamente fiable. Con Manolo Flores como nuevo entrenador, el equipo azulgrana ha logrado dos triunfos relevantes ante el Madrid y Estudiantes pero su juego de conjunto continúa evidenciando lagunas bajo el tablero y no acaba de extraer todo el jugo posible a algunos de los jugadores que deberían dar una mínima tregua a sus titulares, caso de Grimau o Sada, por no hablar de Drejer, un jugador que ya no cuenta para nada. Pero Estudiantes, que perdió excesivas posesiones de balón, 16, y tuvo un paupérrimo porcentaje en los triples, 4 aciertos en 19 intentos, no supo aprovechar la que fue una magnífica oportunidad para ganar en el Palau.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 7 de marzo de 2005