A la espera de conocer si el juez admite a trámite la querella de CiU contra el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, el jefe de la oposición en Cataluña, el convergente Artur Mas, echó ayer más leña al fuego al asegurar que él "también" podría difundir "sospechas" sobre la financiación de Esquerra Republicana.
En declaraciones a la emisora RAC1, Mas quiso responder al consejero de Comercio del Gobierno catalán, el republicano Josep Huguet, quien el lunes aseguró que en 1998 su partido ya avisó del presunto cobro de comisiones ilegales por parte de CiU.
Sin querer dar más detalles, Mas manifestó: "Si yo tuviera que explicar todas las cosas que me explican, también podría decir cosas como las que dice Huguet. Pero, ¿en qué terreno entraríamos si nos dedicáramos a hacer esto? ¿En qué convertiríamos la política de este país? Peor que en un Salsa Rosa: en un vertedero", añadió.
Desde la formación republicana, su portavoz parlamentario, Joan Ridao, proclamó que Esquerra "está muy tranquila" porque "no tiene nada que esconder" y emplazó al líder convergente a presentar pruebas ante el juez si tiene "el más mínimo indicio de lo que está insinuando".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 9 de marzo de 2005