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Cinco generales en el banquillo

Con una década de trabajo a cuestas, el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) ha registrado en los últimos meses la llegada a su sede de La Haya de cinco generales, presuntamente implicados en crímenes cometidos en los Balcanes. Aunque en el tribunal evitan pronunciarse, no niegan que la presión ejercida por la comunidad internacional sobre Serbia y Croacia para que entregue a los acusados está dando frutos.

Hoy comparecerá ante los jueces el serbio Momcilo Perisic, de 60 años. Aunque oficialmente era el jefe del Estado Mayor del Ejército yugoslavo entre 1993 y 1998, la fiscalía sostiene que en la práctica dirigía las milicias de los separatistas serbobosnios y serbocroatas, que cometieron crímenes en las fronteras de Bosnia y Croacia. Perisic fue aliado de Milosevic hasta que el ex líder serbio le relevó porque no compartía las medidas adoptadas en Kosovo.

Otro de los militares relevantes que se han entregado al TPIY es el general serbobosnio Milan Gvero. Fue el hombre de confianza de Ratko Mladic, jefe del Ejército serbobosnio buscado por el tribunal y hoy en situación de rebeldía junto con Radovan Karadzic, el ex líder político serbobosnio. Gvero negó la pasada semana haber participado en la matanza de Srebrenica, considerada un genocidio porque perecieron más de 7.000 musulmanes. Otro acusado por el mismo crimen, el general Radivoje Miletic, se entregó a finales de febrero.

Un día después de que Gvero negara los cargos en su contra, hacía otro tanto el ex jefe del Ejército de los musulmanes de Bosnia, Rasim Delic. Su caso es relevante para la credibilidad misma del TPIY, al que Belgrado tacha de parcial. Según la acusación, Delic comandaba a los guerrilleros musulmanes extranjeros que torturaron y asesinaron a prisioneros serbobosnios y croatas y violaron a las presas. Sefer Hailovic, el comandante sustituido por Delic en 1993, afrontaba un proceso similar en La Haya. Vladimir Lazarevic, general serbio que actuó en Kosovo, también se ha rendido.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 9 de marzo de 2005