Los principios básicos de toda oferta de trabajo público se han puesto en entredicho. Ni ha existido " igualdad" ni "objetividad" a la hora de realizar y evaluar los currículos y entrevistas de los seleccionados y por supuesto ha primado más la procedencia de los candidatos (en este caso, Puebla del Río) que su formación y méritos.
Después de esperar bastante para realizar la entrevista, comparecer ante un "tribunal", compuesto por representantes de los diferentes partidos de Isla Mayor y un psicólogo de Diputación, que ni se presentó, y llevar lo mejor posible una entrevista nada representativa y totalmente injusta en relación al puesto de psicólogo ofertado, tuve que soportar la humillación de ver que en mi calificación no habían tenido en cuenta ni mi experiencia, ni mis méritos profesionales, cosa que para los demás entrevistados sí había contado. Me hubiera conformado, si no fuera porque he sabido por fuentes implicadas directamente en la cuestión (concejales que formaron parte del tribunal evaluador), que por ser de Puebla del Río, se me anulan automáticamente mis capacidades profesionales y de trabajo que poseo, al menos, en igual medida que los demás candidatos presentados. Para la próxima convocatoria de trabajo, al menos hagan menos evidente el fraude que han cometido y adviertan claramente que se abstengan profesionales que sean del pueblo vecino.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 10 de marzo de 2005