Al saber de las intenciones de un señor de instalar una pantalla en el edificio Laredo, idea a todas luces antiestética, antinatural y antisevillana, me atrevo a volver a exponer una de esas ideas políticamente incorrectas.
Hace tiempo acuñé la palabra "manifestódromo" como aquella que definiría un ámbito alejado del núcleo urbano (bien pudiera valer el estadio de La Cartuja), en donde todos aquellos que quisieran manifestarse, pudieran hacerlo sin producir caos circulatorios ni agresiones a los nervios y las coronarias de los transeúntes.
Y ahora vendría lo de las pantallas, como elemento auxiliar de estas manifestaciones. En lugares estratégicos (desde luego, no en el Laredo ni en ningún otro edificio emblemático) se podrían instalar pantallas, para que los ciudadanos pudieran ver y escuchar las reclamaciones, ya que retransmitiría en directo desde el "manifestódromo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 10 de marzo de 2005