El Congreso de Bolivia rechazó ayer por unanimidad la dimisión del presidente Carlos Mesa, que había renunciado al cargo después de sólo 17 meses de un mandato marcado por más de 800 protestas sociales. Mesa aceptó continuar tras lograr el consenso en torno a un plan de gobernabilidad que recibió el apoyo de todos los grupos, salvo el que dirige Evo Morales, líder indigenista.
El plan incluye una ley de hidrocarburos que gravará la extracción con un porcentaje hasta del 32%, frente al 50% que pretende Morales; además, se celebrarán tres consultas para elegir gobernadores, decidir la configuración autonómica del país y formar una Asamblea constituyente. El presidente convocó para hoy una marcha contra los bloqueos que lidera Evo Morales en todo el país.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 10 de marzo de 2005