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OPINIÓN DEL LECTOR

¿Por la igualdad?

El 8 de marzo se celebró en el Palacio de Vistalegre el llamado Concierto por la Igualdad, "gentileza" de la Comunidad de Madrid, y sospechosamente programado casi a la misma hora a la que tenía lugar la manifestación por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Yo caí en la trampa y cometí el error de asistir a este concierto.

Sin ánimo de menospreciar la calidad musical de las reconocidas cantantes que participaron en el acto, quiero dejar constancia de mi indignación por lo inadecuado de su contenido en muchos sentidos.

Ya en la presentación del acto, Lolita Flores comentó que aquello no era "un concierto feminista", porque "nosotras, lo que queremos es la igualdad". Da un poco de vergüenza tener que andar explicando a estas alturas lo que es el feminismo, por eso ruego a quienes aún lo consideran equivalente del machismo (como Lolita y las personas que organizaron el acto) que acudan a un buen diccionario. Pero, en cualquier caso, y considerando la verdadera definición de la palabra, hay que decir que Lolita resultó tener mucha razón, ya que, en efecto, aquello no era un concierto feminista en absoluto.

En primer lugar, muchas de las canciones que se cantaron durante ese concierto- especialmente algunas de Malú y de la propia Lolita-, lejos de ensalzar la dignidad y la independencia de la mujer, daban mensajes del estilo "me dejas y no soy nada", "aquí tienes mi cuerpo para hacer lo que quieras con él" o "eres mía" y cosas por el estilo (conste que no estoy exagerando).

En segundo lugar, y aún más grave, las soflamas de algunas participantes consistieron en frases manidas y tópicas y, lo que es peor, constantes alusiones a la maternidad como aquello que nos hace especiales y acreedoras de un mejor trato. "Nos lo merecemos porque, al fin y al cabo, nosostras parimos", "no debemos ser discrimidadas porque damos la vida", "los hombres no estarían aquí sin nosotras". Diríase que sólo las mujeres participan en la concepción y diríase que el hecho de ser madre -y no el mero hecho de ser humanas- fuera básicamente el origen de nuestro derecho a la igualdad.Sin embargo, muchas mujeres no son madres, ni lo serán; otras, ni lo somos ni lo queremos ser, y a muchas nos parece aberrante que se empleen discursos tan reaccionarios con el supuesto fin de defender la igualdad. Mujer nací de padre y madre. Si tengo hijos o no, yo lo decido. La igualdad es mi derecho como persona y no tiene nada que ver con que mi cuerpo esté preparado para albergar un feto.

En mi opinión, las personas que organicen actos públicos llamados "por la igualdad" deberían evitar esa clase de argumentos ultraconservadores, cuidar más el tipo de espectáculo que dan (nada de "mujeres-objeto" o mujeres con un compromiso social cero) o cambiar de nombre y la fecha del acto. De lo contrario, no estarán contribuyendo en nada -más bien al contrario- a la lucha de las personas que de verdad defienden la igualdad entre sexos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de marzo de 2005