Jordi Roche tomó ayer posesión de la presidencia de la Federación Catalana de Fútbol, sin esperar al fallo del Tribunal Catalán del Deporte, que el próximo martes comenzará a tratar las ocho impugnaciones que hubo en las elecciones del 3 de marzo. "Estamos legitimidos democráticamente y nadie nos puede quitar el derecho a liderar el cambio y terminar con la dictadura del fútbol catalán", proclamó Roche, que derrotó a Jaume Roura, el candidato continuista, en unos comicios presididos por las irregularidades tras detectarse la presencia en las urnas de personas no vinculadas a los clubes.
Rafel Niubó, secretario general de deportes de la Generalitat, calificó de "normal" la decisión de Roche y anunció que el gobierno catalán cambiará, en un periodo de un mes, el decreto que regula los procesos electorales de los clubes y de las federaciones. La actual normativa permite legalmente que el presidente electo ejerza sus funciones, ni que sea de manera interna, puesto que la operatividad del organismo esta limitada al no estar inscrito en el registro de la secretaría de deportes de la Generalitat, requisito indispensable para negociar y firmar la mayoría de acuerdos.
Roche respondió que se sentía autorizado para "firmar contratos sin restricciones" y se mostró convencido de que el tribunal del deporte no aplicará la suspensión cautelar de la junta federativa por la "ingobernabilidad" que se produciría. Roche defendió el documento que, a instancias de Niubó, firmó con Roura, por el que ambos candidatos se comprometían a dar por bueno el resultado de las elecciones, fuese quien fuese el ganador. Roche señaló a Joan Gaspart, vicepresidente de la federación española y que apoyaba a Roura, como uno de los impulsores de que no haya podido tomar posesión definitiva del cargo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 12 de marzo de 2005