Ayer descubrí con máximo desagrado que el metro de Madrid (vuela... dixit) desconecta todas sus escaleras mecánicas y ascensores a la 1.30 en punto de la mañana, que es la hora a la que se van sus empleados.
Pero resulta que los últimos trenes que salen de sus respectivas cabeceras a esa hora pasan por las estaciones minutos más tarde. Volvía desde el aeropuerto y llegué a la estación de Plaza de España (L 10) a la 1.39, con una maleta y una mochila. Al salir del andén descubrí que los ascensores están apagados y las escaleras, paradas.
Salir a la calle me costó 15 minutos y unas 250 pulsaciones por minuto para subir 5 tramos de escalera sin ayuda mecánica.
Lo tomo como una broma de mal gusto, tengo 41 años y no pasa nada. ¿Qué habría ocurrido con una persona mayor o con muletas? Hoy he pedido el libro de reclamación en una estación y me han dicho que a partir de la 1.30 los trabajadores se van. Las cancelas se cierran automáticamente, e incluso los interfonos amarillos de emergencia quedan inoperativos por la falta de personal.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 12 de marzo de 2005