Leo en EL PAÍS del viernes 11 de marzo de 2005 que el Gobierno socialista va a reformar -otra reforma más- el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF), reduciendo los tramos a tres o cuatro y el tipo máximo del 45% al 42%, dos medidas que atentan contra la progresividad del impuesto y que, de nuevo, disminuirán la recaudación.
En definitiva, dos medidas que limitarán los efectos redistributivos del impuesto y que favorecerán a los perceptores de rentas más altas, prolongando, de ese modo, la filosofía fiscal de los anteriores Gobiernos del Partido Popular.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 12 de marzo de 2005