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Reportaje:

Mafiosos con placa

Dos policías de Nueva York, procesados por servir durante años al crimen organizado

Stephen Caracappa y Louis Eppolito son dos agentes retirados del cuerpo de políca de Nueva York (NYPD) que podrían salir fácilmente en la próxima gran producción de Hollywood sobre la Mafia. No sólo por la melodía italiana de sus apellidos, sino por sus fechorías. Sí, porque serían los matones de la película. Los dos policías fueron arrestados el pasado miércoles en Las Vegas acusados de 11 delitos criminales, entre ellos asesinato y conspiración, cometidos a mediados de los años ochenta.

A los dos detectives de la policía neoyorquina se les relaciona directamente con la familia Luchese, controlada entonces por Anthony Casso, alias Gaspipe, para la que perpetraron ocho asesinatos, blanquearon dinero y distribuyeron droga. Además, Caracappa y Eppolito pasaban información a los criminales sobre las acciones policiales contra la Mafia.

Los dos agentes recibían a cambio del trabajo sucio importantes remuneraciones. Por ejemplo, según la acusación, aceptaron 65.000 dólares por el asesitado de Edward Lino, Eddie, uno de los miembros más destacados de la familia rival, los Gambino. Fue la respuesta de Gaspipe al intento de asesinato perpetrado por los Gambino contra él en 1986. Por la información los policías recibían 4.000 dólares al mes.

Todo esto sucedía mientras estaban a sueldo del erario neoyorquino. Los dos agentes trabajaron para los azules, como se conoce popularmente a los miembros de la NYPD, durante los años setenta y ochenta. Caracappa fue además uno de los fundadores de la unidad de homicidios del crimen organizado. "Eran dos chicos malos que se convirtieron a policías, y no al reves", aseguró Pasquale D'Amuro, miembro del FBI, en un intento por despejar cualquier duda sobre la policía neoyorquina.

La fiscal Roslynn Mauskopf fue contundente: "Estos detectives corruptos han manchado su placa, y han traicionado a sus compañeros y a los ciudadanos a los que están obligados a proteger". Mauskopf dejó claro que la justicia se asegurará "de que su conducta no vuelva a poner en tela de juicio la reputación y la honorabilidad del departamento de policía".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 12 de marzo de 2005