Una vez más se encubren entre ellos. Maragall insinuó el cobro de comisiones ilegales a los gobiernos de CiU y ahora todo se arregla pidiendo perdón como en un colegio. Y todos muy preocupados por la crispación, porque en este clima puede que los ciudadanos descubran la verdad del asunto. Porque la verdad es el precio que los ciudadanos van a pagar a cambio de menos crispación y de que lo formal vuelva a la política catalana. Tenemos que saber qué quería decir Maragall, y en caso de que sea verdad lo que Mas entendió al momento, también debemos saber si la obra pública en Cataluña nos ha costado un 3% más de lo razonable. ¿Lo sabremos? Seguramente no.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 13 de marzo de 2005