El primer aniversario del triunfo del PSOE en las pasadas elecciones autonómicas coincidirá con el séptimo viaje oficial que inicia, esta semana, el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves a Marruecos. La satisfacción por el logro alcanzado, al situarse, de nuevo, con mayoría absoluta los socialistas, se verá compartida por el desarrollo de una expedición al vecino país que puede saldarse con importantes anuncios para la economía andaluza.
El más inmediato y esperado, la reanudación de las negociaciones de ese país con la Unión Europea con el fin de establecer un tratado de pesca que posibilite el regreso a sus caladeros de los barcos andaluces.
Está previsto que representantes comunitarios y marroquíes estudien en Rabat el inicio oficial de las conversaciones que desemboquen en un convenio pesquero. En principio, se reclama prudencia para no crear falsas expectativas, pero el eurocomisario de Pesca, Joe Borg, ya ha confirmado la buena voluntad y el clima favorable que existe por ambas partes para propiciar este proceso que tanta trascendencia puede tener para nuestra comunidad. Así están las cosas cuando la presencia de Chaves en esas tierras puede contribuir, sin duda, a mejorar el entendimiento y propiciar un cambio de actitud de la Administración marroquí que años atrás se cerraba en banda a reanudar otro acuerdo pesquero.
A este viaje la Junta le concede la máxima prioridad, no en vano se ha suscrito el Programa de Desarrollo Transfronterizo Andalucía-Marruecos, el acuerdo más ambicioso que ha firmado la Junta con un país extranjero y que está dotado con más de 40 millones de euros.
Chaves irá acompañado de un grupo de empresarios andaluces, colectivo que hace tiempo descubrió las ventajas que tiene para sus negocios este tipo de salidas al exterior de la mano del Gobierno andaluz.
No se descarta que una vez más, el PP, ajeno a esta realidad, se dedique a arremeter contra dicha iniciativa, tal y como lo viene haciendo, sistemáticamente, con cada viaje del presidente andaluz, que al fin y al cabo, no hace más que lo que hacen el resto de presidentes autonómicos, esto es, tratar de abrir mercados para sus respectivas economías. Pero, al mismo tiempo, este desplazamiento puede poner en evidencia, igualmente, la importancia que da Marruecos al papel que puede jugar Andalucía en su relación con el continente europeo, de ahí que no se descarte, como ha ocurrido en otras ocasiones, que Chaves sea recibido por el rey Mohamed VI.
Chaves se marcha a Marruecos, prácticamente, toda la semana y deja a aquí a una oposición que sigue sin sacudirse los problemas internos. En el Partido Andalucista, al margen de lo que haga Antonio Ortega con su escaño, lo cierto es que hay un sector del mismo que no está dispuesto a facilitarle la tarea al nuevo secretario general, Julián Álvarez. Ésta resistencia interna de última hora ha sorprendido en determinados cenáculos sevillanos, los mismos que en su día idearon inventos como aquel del Poder Andaluz para nuclear en torno a Arturo Moya una operación política que se saldó con un estrepitosos fracaso. Con Alejandro Rojas-Marcos como padrino de todo, ahora podrían estar preparando otra iniciativa similar con los restos que queden de la plataforma Andaluces Levantaos y con Manuel Pimentel como mascarón de proa. Aquí, el PA jugaría un papel secundario perdiendo su autonomía a favor de los intereses de aquellos que siempre han tenido esta formación a su servicio.
Está por ver si Ortega va a permitir esta jugada, pero lo cierto es que aunque él esté dispuesto a quitarse de en medio hay otros que no lo van a consentir y con él o sin él, van a guerrear para desbaratar esta enésima jugada de salón que vuelven a diseñar los de siempre, esto es, los que están situados en los aledaños de un partido que sigue sin encontrar un rumbo propio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 14 de marzo de 2005