El jurado declaró ayer a J. M. M. culpable de asesinar y robar a Elisabete Urbieta el 16 de septiembre de 2002 en San Sebastián. El tribunal popular dio por probado que el acusado "quería matar" a la mujer, porque le "apretó el cuello" en el garaje de su vivienda y, después, tras robar en su domicilio, cuando trasladó su cuerpo a un paraje boscoso de Hernani y se dio cuenta de que pataleaba, "volvió a apretar su cuello y recurrió a una cuerda" para rematarla. Por ello, el jurado, que destacó la "total indefensión" de la víctima, consideró al imputado responsable de asesinato con las agravantes de tiempo y lugar, ya que era de noche y se deshizo del cadáver en una zona apartada. Estimó además que J. M. M. no estaba afectado por las drogas y el alcohol en el momento de los hechos.
Así las cosas, el fiscal y la acusación particular solicitaron para el acusado 30 años de prisión, mientras que la defensa pidió 14 años y cinco meses. El ministerio público y la defensa reclamaron una indemnización de 160.000 euros para la madre y la hermana de la víctima, y la acusación particular sólo para ésta última.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de marzo de 2005