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OPINIÓN DEL LECTOR

Discapacitadosy sin ayudas

Soy madre de una niña de cuatro años con síndrome de Williams, una discapacidad que afecta a uno de cada 20.000 niños, por una alteración genética en el cromosoma número 7 que causa un retraso general en el desarrollo psicomotriz, variable según cada caso.

Mi hija Neus nació aparentemente sin problemas, pero pronto vimos que su desarrollo era muy lento. Consultamos a los especialistas y a los nueve meses empezamos a asistir semanalmente al centro de atención precoz (CDIAP) de la zona, donde recibía sesiones de fisioterapia, piscina y psicología. En el CDIAP le dieron el alta al cumplir los cuatro años, como marca la ley, con el consejo de "recibir ayuda profesional adecuada". Las autoridades nos dijeron que podíamos pedir una beca, pero nos la han denegado por exceder el límite de ingresos de 18.000 euros anuales.

Nadie en Madrid va a regalar ni a facilitar las cosas, sólo la unidad del catalanismo puede crear el escenario necesario para una negociación exitosa de la reforma del Estatut

Neus cursa P-4 en la escuela de nuestro pueblo, por indicación médica; tiene varias dificultades, aunque mejora, y es muy cariñosa y vital. La asistencia aocial reconoce que padece un grado de disminución del 65%, por lo que tenemos algunas ayudas fiscales. Pero a partir de los cuatro años, nos hemos quedado solos, cada paso es posible sólo con nuestro esfuerzo, dinero y total dedicación.

Por eso, cuando los políticos hablan de integrar a los discapacitados, no sé si desesperarme o reírme directamente de sus discursos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 16 de marzo de 2005