Ante el pretendido ataque a tu persona, tengo más preocupación que indignación. Y es que en el fondo es un ataque fallido el intentar ensuciar una trayectoria y una biografía a quien ha dedicado su vida a luchar frente a la dictadura, a defender en todos los foros los derechos humanos, a quien presidió con gran dignidad, equidad y eficacia las Cortes Generales. A quien ha sido ponente y padre de la Constitución y a quien ha sido fautor de una de las universidades, la Carlos III, más prestigiadas de nuestro tiempo.
Creo, Gregorio, que en la memoria colectiva de los españoles tienes un gran consenso, respeto, admiración y tu mejor valedor.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 16 de marzo de 2005