La ira y el dolor reunieron ayer a unas 3.000 personas en Pakdacht, unos 50 kilómetros al sur de Teherán, para asistir al ahorcamiento de Mohamed Biyeh. A sus 22 años, Biyeh era conocido en Irán como el vampiro del desierto de Teherán, por raptar, violar, torturar y asesinar a 21 niños. Condenado a muerte, el asesino recibió 100 latigazos (en la foto) y fue acuchillado por el hermano de una de las víctimas antes de ser ahorcado. "Baila y recuerda lo que hiciste a nuestros niños", decían los asistentes al ajusticiamiento.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 17 de marzo de 2005