En mis sueños
amar era lo mismo
que sembrar en el desierto,
con un sable desenvainado,
el durazno de mi corazón.
-Me iré al despuntar el alba
en mi barca dorada
que boga hacia el olvido-...
Ya no es primavera
y contemplo
la Luna errante del verano,
cuya canción de miel y de distancias
rocía el aire de lirios de plata
mientras se oxida
la guillotina verde
de la tarde en flor.
Hora crepuscular
que va de boca en boca
cavando su tristeza mineral
por todas las esquinas.
Hora callada:
despídete de todo afán
pues nada se extingue
mejor
que el gozo de la luz
de las estrellas.
Ángela Vallvey (Ciudad Real, 1964) es autora del libro de poemas El tamaño del universo (Hiperión. Premio Jaén de poesía 1998) y de la novela Los estados carenciales (Destino. Premio Nadal de novela 2002).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 19 de marzo de 2005